El viernes pasado unas mamás piratas volvieron al cole para hacer de las suyas. Esta vez con un suculento botín. Después de enseñarnos de dónde viene y cómo se prepara el chocolate, nos pusimos las botas y nos rechupamos los garfios. Nos salieron bigotes de chocolate y nos marchamos con la sonrisa puesta.
Sin duda un tesoro que no cambiamos ni por todo el oro del mundo.